El día 25 de julio se celebra en Galicia el día de Santiago Apóstol. Como sabréis, la Tarta de Santiago es tradicional de la repostería gallega y haciendo honor a este día es típico consumirla por esta época. En esta entrada os dejo la receta, cuyos ingredientes básicos son huevos, azúcar y almendra, para que vayáis pensando en comprarlos y en prepararla poniendo este día como excusa. Una receta sencilla, muy sabrosa y diferente, en la que sustituimos la harina por la almendra molida.
INGREDIENTES
-4 huevos
-250 gr. de almendra molida
-250 gr. de azúcar
-La ralladura de un limón
-Una cucharadita rasa de postre de canela
-Azúcar glass para decorar
-Mantequilla y harina para untar el molde
-Un molde redondo
-Mantequilla y harina para untar el molde
-Un molde redondo
-Una plantilla de la Cruz de Santiago (podéis buscarla en internet, imprimirla y recortarla)
PREPARACIÓN
Echamos la almendra molida en un bol y le añadimos la ralladura de limón y la cucharadita de canela. Mezclamos y reservamos.
En otro cuenco echamos el azúcar y vamos añadiéndole los huevos uno a uno, batiéndolos individualmente de forma manual, con varillas. Cuando obtengamos una mezcla blanquecina dejamos de batir.
A esta mezcla le agregamos la almendra molida mezclada con el limón y la canela y lo removemos con una espátula.
Lo metemos al horno, que previamente habremos calentado a 180ºC, con calor arriba y abajo, colocándolo a una altura media durante 30 minutos aproximadamente. Para saber si está listo podemos pincharlo con un punzón largo y si sale limpio es que está hecho.
Cuando se haya enfriado un poco, lo desmoldamos, colocamos la plantilla de la Cruz de Santiago de tal modo que quede bien pegada a la superficie del bizcocho y, echando azúcar glass en un colador, espolvoreamos toda la superficie de forma homogénea.
Levantamos la planilla con cuidado de que no caiga azúcar en la zona cubierta (no como en mi caso)
y ¡voilà! tenemos nuestra tartiña preparada.
Ahora ya solo nos queda sorprender a los comensales con este postre blanco almendrado
Levantamos la planilla con cuidado de que no caiga azúcar en la zona cubierta (no como en mi caso)
y ¡voilà! tenemos nuestra tartiña preparada.
Ahora ya solo nos queda sorprender a los comensales con este postre blanco almendrado
Bon appétit
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