Los fines de semana suelen ser el momento más propicio para desayunar chocolate con churros o porras. Ya sea que los hemos preparado en casa, que alguien se ha aventurado a levantarse temprano y sorprender al resto en el desayuno o que alguien, antes de irse a descansar, ha decidido tomarse un buen desayuno y de paso alegrarle la mañana a los demás de la casa, el caso es que los churros y las porras, a medida que se enfrían, se van quedando más blandos, de tal modo que pierden su peculiar crujiente que los hace tan apetecibles.
Hoy os traigo un truco para conseguir que esos churros que ya están fríos o que han sobrado recuperen su textura. Incluso, esos que nos sobran podemos congelarlos y aplicarles también después el siguiente paso.
Se trata de meterlos durante 1 ó 2 minutos en la tostadora, controlándolos hasta que adquieran de nuevo su punto. ¡Quedan como recién hechos!
¿Diría alguien que no son recientes?
Bon appétit
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