Antes que un bizcocho, prefiero una magdalena. Con su molde de papel que, una vez la magdalena ha desaparecido, nos invita a usar una cuchara y rebañar la "piel" que se ha quedado prendida en él. Con limón y canela y caseras. Así los buenos días saben mejor.
LISTADO DE INGREDIENTE
-2 huevos medianos
-100 gr. de azúcar
-60ml de leche
-150ml. de aceite de girasol o de oliva suave
-210 gr. de harina de respotería
-10gr. de levadura química o polvo de hornear
-una pizca de sal
-La ralladura de un limón
-Media cucharadita (de café) de canela en polvo
PREPARACIÓN
En un bol mezclamos el azúcar con los huevos. Batimos bien con las varillas. Cuando esté homogéneo, bajamos la velocidad y lo ponemos en marcha lenta. Añadimos la leche, batimos, y a continuación echamos el aceite poco a poco sin dejar de batir.
En un bol aparte mezclamos la harina con la levadura, la sal, la canela y la ralladura del limón.
Añadimos esta mezcla seca en la mezcla de los huevos y el azúcar. Mezclamos batiendo también en marcha lenta.
Cuando tengamos una masa homogénea, la batimos durante 3 minutos a velocidad rápida.
Tapamos el bol con un paño, lo metemos en la nevera y lo dejamos reposar como mínimo una hora. Podemos incluso dejarla hasta el día siguiente.
Tras el reposo, sacamos el bol y utilizando un batidor de mano lo removemos enérgicamente.
Precalentamos el horno a 250ºC. Mientras, colocamos las bases donde echaremos la masa y, bien con una manga pastelera, bien con una cuchara y con cuidado, repartimos la masa en los moldes. Los llenamos hasta un poco más de la mitad de su capacidad.
Cuando el horno esté a temperatura, bajamos a 210ºC y horneamos las magdalenas con calor arriba y abajo colocando la bandeja a una altura de la mitad hacia arriba. Las dejamos entre 14 y 18 minutos. Controlando que no se quemen.
Si vemos que al pincharlas el pincho sale limpio, ya estarán, pero si no estuvieran doraditas, es cuestión de subir la bandeja un poco más y dejarlas con calor solo por arriba. Tendremos que controlarlas ya que en menos de 1 minuto podrían quemarse.
Y ya está. Desayuno listo para unos cuantos días.
Bon appétit
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