Estos Cake Pops sencillos o bolitas de bizcocho cubiertas de chocolate dejarán a quien los pruebe con la boca abierta.
INGREDIENTES
-Palitos para brochetas
-Chocolate para fundir
-200gr. de bizcocho
-100 gr. de queso crema (Philadelphia)
PREPARACIÓN
Desmigamos el bizcocho.
Echamos sobre él el queso crema y mezclamos con las manos hasta obtener una masa que nos permita hacer bolas sin que se rompan y sin que la masa se nos quede pegada en los dedos. Si se nos rompen es que la masa no está muy compacta y, por tanto, necesitaremos añadir más queso.
Echamos sobre él el queso crema y mezclamos con las manos hasta obtener una masa que nos permita hacer bolas sin que se rompan y sin que la masa se nos quede pegada en los dedos. Si se nos rompen es que la masa no está muy compacta y, por tanto, necesitaremos añadir más queso.
*Es mejor quedarse corto y poder rectificar añadiendo más queso que que se nos pegue la masa en las manos, ya que, si no tenemos más bizcocho, no tendrá solución.
Las vamos colocando en una bandeja previamente cubierta con papel de horno.
Las metemos en el frigorífico un par de horas para que se enfríen y compacten.
Cuando haya transcurrido el tiempo, fundimos el chocolate en un cazo al baño maría.
Mojamos la punta de un palito en el chocolate y lo clavamos en una bola, a una profundidad de un dedo aproximadamente.
La colocamos boca abajo para que enfríe bien y luego la bola no se caiga, y hacemos lo mismo con el resto de bolas.
Después, mojamos una a una las bolas en el chocolate derretido para que se cubran y las dejamos en la bandeja, con el palo hacia arriba. Cuando tengamos todas, las metemos en la nevera para que el chocolate termine de endurecer.
Podemos repetir esta operación para que la capa sea más gruesa.
Ya solo falta encontrar el momento para comérselos, pero eso no es tarea difícil ¿verdad?
Cuando haya transcurrido el tiempo, fundimos el chocolate en un cazo al baño maría.
Mojamos la punta de un palito en el chocolate y lo clavamos en una bola, a una profundidad de un dedo aproximadamente.
La colocamos boca abajo para que enfríe bien y luego la bola no se caiga, y hacemos lo mismo con el resto de bolas.
Después, mojamos una a una las bolas en el chocolate derretido para que se cubran y las dejamos en la bandeja, con el palo hacia arriba. Cuando tengamos todas, las metemos en la nevera para que el chocolate termine de endurecer.
Podemos repetir esta operación para que la capa sea más gruesa.
Ya solo falta encontrar el momento para comérselos, pero eso no es tarea difícil ¿verdad?
Bon appétit